Volvió la violencia al parque ocupado

FOTO LA NACION Emiliano Lasalvia

Vecinos realizaron un cacerolazo y atacaron con piedras a la Prefectura, que los repelió con gases y balas de goma; no hubo heridos

Lunes 13 de diciembre de 2010

Una vez más, la violencia se hizo presente ayer, al caer la tarde, en el parque Indoamericano, ocupado ilegalmente desde hace una semana por más de 1000 familias que reclaman viviendas. Fue cuando un grupo de vecinos de Villa Soldati enfrentó a cascotazos a los efectivos de la Prefectura Naval que custodian el perímetro del parque a la altura de la avenida Castañares, y fueron repelidos con gases lacrimógenos y balas de goma.

Los incidentes comenzaron al caer la tarde, cuando unas 100 personas, en su mayoría familias, pero encabezadas por un grupo de jóvenes, atacó con piedras a uniformados del grupo Albatros de la Prefectura Naval, y encendieron neumáticos. Los prefectos respondieron la agresión con gases lacrimógenos.

Cerca de las 20, finalizada una misa presidida por el arzopispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, en una capilla a metros de la avenida Escalada y Castañares, la violencia se incrementó: hubo corridas, volaron cascotes del tamaño de pelotas de fútbol y se arrojaron botellas desde los edificios.

«Nosotros oímos los gritos y vimos humo. Optamos por alejarnos del enrejado perimetral, para no salir heridos. Tenemos miedo», relató a La Nacion desde el interior del Indoamericano Natalia Saralegui, una dirigente de la Tendencia Piquetera Revolucionaria, que acompañaba a los ocupantes.

Además, entre consignas contra el gobierno nacional, que se manifestó en contra de desalojar el predio, los habitantes de los monoblocks del barrio realizaron un ensordecedor cacerolazo en rechazo de la ocupación del Indoamericano y de la protección de las fuerzas de seguridad hacia los usurpadores.

La Gendarmería, que también custodia desde anteayer el espacio verde devenido campamento, llegó en apoyo de la Prefectura y, entre ambas fuerzas, se logró dispersar la protesta vecinal.

La Nacion halló al menos dos vecinos con magullones por haber recibido disparos con balas de goma. Si bien había versiones de que algunos heridos habían sido trasladados en ambulancia desde el lugar, voceros del SAME negaron haber asistido a personas lesionadas.

Los vecinos movilizados también cortaron la autopista Riccheri durante aproximadamente un par de horas, por lo que provocaron inconvenientes en el tránsito, pero luego liberaron el camino.

Al cierre de esta edición, sólo algunas fogatas quedaban encendidas en cercanías de la avenida Castañares, y ya había retornado la calma al Indoamericano.

A Plaza de Mayo

Los vecinos, no obstante, estaban en plena organización de una marcha para hoy, a las 19, hacia Plaza de Mayo, para mostrar su disconformidad con la actitud asumida por el gobierno nacional respecto del asentamiento en el parque.

El jueves y el viernes último, los vecinos enardecidos también habían avanzado sobre el parque Indoamericano para desalojar a los ocupantes que pagaron hasta 3000 pesos por una parcela en el lugar, y como la Casa Rosada aún retaceaba colaboración al gobierno porteño para contener la situación, hubo serios incidentes en los que murió al menos una persona y muchas otras recibieron heridas de gravedad.

Con la movilización de unos 1200 efectivos de la Gendarmería y la Prefectura para controlar el parque, anteayer, pero sin desalojar a los ocupantes ilegales, durante buena parte de la víspera la tranquilidad había retornado al predio tras dos días de tensión y violencia.

Incluso, minutos antes de las 13, la jueza porteña Elena Liberatori, que el viernes había ordenado la provisión de baños químicos, postas sanitarias, agua, alimentación e iluminación en el Indoamericano, había recorrido el predio a pie y había observado también la zona desde un helicóptero de las fuerzas de seguridad.

«Todo en calma»

«Está todo en calma. Todo normal», había dicho a la prensa la magistrada, luego de verificar que se cumplía con el cordón de seguridad y se proporcionaba la ayuda correspondiente. Horas después, la violencia regresaría a ese rincón del sur porteño.

Mientras tanto, los usurpadores del parque -que tiene una superficie de 130 hectáreas- eran censados por 250 trabajadores sociales del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación (de lo que se informa por separado).

Liberatori señaló que con el censo se intentaba determinar la situación de vulnerabilidad que afecta a las personas que ocupan el predio y las condiciones de vida reinantes.

Al respecto, la ministra de Desarrollo Social porteña, María Eugenia Vidal, expresó que el relevamiento intenta establecer «quién se aprovechó de la situación» de ocupación y «quién no».

Diosnel Pérez, presidente de la junta electoral de la villa 20 y referente del Frente Darío Santillán, recordó que él y los otros representantes de los usurpadores fueron citados a una nueva mesa de trabajo con funcionarios de ambos gobiernos para hoy.

En ese sentido, la ministra Vidal consideró que, a partir de este segundo encuentro, comenzará la etapa para dar salida al conflicto, aunque advirtió que «no va a haber respuestas inmediatas» a los reclamos de las familias asentadas en el parque.

Fuente: lanacion.com

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