FOTO LA NACION Soledad Aznarez
Desde ayer el parque Indoamericano volvió a ser lo que era: un espacio libre de ocupantes ilegales. Después del anuncio del lanzamiento de un plan de viviendas entre los gobiernos nacional y porteño, los 5688 ocupantes que permanecían en el predio desde hacía 10 días lo liberaron. Mientras las autoridades de la ciudad encaraban el operativo de limpieza de ese terreno, como una réplica de esa usurpación, aunque bastante menor, 200 familias que alquilan en la villa 31 tomaron un sector de cinco hectáreas en el entorno de la terminal de ómnibus de Retiro y delimitaron lotes utilizando cintas blancas de plástico en reclamo de una solución habitacional.
Otros dos predios permanecían ocupados ilegalmente en la Capital, más exactamente en Villa Lugano. Y en el conurbano, los intendentes estaban en estado de alerta por el temor de que las usurpaciones se multiplicaran en las zonas más desprotegidas del Gran Buenos Aires.
Es que el conflicto que primero estalló en la Capital parece haberse trasladado a la provincia de Buenos Aires. En el partido de Quilmes ya sumaban ayer seis las propiedades privadas y públicas invadidas por usurpadores. Autoridades del distrito, que conduce Francisco Gutiérrez, preveían reunirse con representantes de las familias que ocuparon el predio de un frigorífico en Bernal y con los dueños del terreno para intentar llegar a una solución.
Además, se registraban asentamientos en otros cinco predios -en total, se trataría de unas 1000 familias- en la zona de Bernal Oeste. Y otras 50 familias se mantenían expectantes en las inmediaciones del denominado campo El Alemán, situado en la avenida La Plata y Gutiérrez, con la idea de usurpar y lotear esas tierras, en pleno corazón de Quilmes.
En tanto, durante los últimos días hubo cuatro intentos de toma en Florencio Varela y dos en barrios periféricos de Berazategui. Anteanoche, un grupo de personas quiso ocupar un terreno en Camino del Buen Ayre, en Hurlingham.
Por todo esto, los intendentes del conurbano mantienen un contacto constante con funcionarios del gobierno de Daniel Scioli, con la idea de sostener una especie de comité de crisis que actúe en casos de posibles ocupaciones o desbordes sociales.
La extensión de las tomas en territorio bonaerense ocurrió luego de una semana de tensión en la Capital a raíz de la usurpación del parque Indoamericano, en Villa Soldati, y de otros inmuebles. Ayer, luego del anuncio del día anterior entre los gobiernos nacional y porteño sobre el lanzamiento de un plan de viviendas para los más necesitados, el espacio verde quedó libre de ocupantes y será el Ministerio de Ambiente y Espacio Público el encargado de su revalorización.
No obstante, al cierre de esta edición permanecían usurpados dos terrenos en Villa Lugano: un predio del club Albariño y otro perteneciente a una empresa de contenedores. Ayer, además, un sector de aproximadamente cinco hectáreas de la villa 31, en el entorno de la terminal de ómnibus de Retiro, fue tomado por unas 200 familias.
El nuevo asentamiento se sumó a otro instalado desde la noche del lunes, y todavía activo, en un terreno del IVC situado en Camilo Torres y Riestra, en Parque Chacabuco.
Mientras los equipos técnicos del gobierno porteño avanzaban en la delineación del plan de viviendas, al que no podrán aspirar quienes tomen tierras ilegalmente ni quienes tengan menos de dos años de residencia en la ciudad, Mauricio Macri celebró que el gobierno nacional haya respaldado la posición que siempre defendió la administración local de no legitimar las ocupaciones con beneficios habitacionales.
«Lo que más festejo es que el gobierno nacional haya entendido que no se puede beneficiar o premiar a aquellos que en el futuro quieran tomar parques y espacios públicos o que pretendan cometer cualquier tipo de delitos», afirmó.
También destacó la decisión del Poder Ejecutivo Nacional de incluir a la ciudad de Buenos Aires en el Plan Federal de Viviendas. «Nos va a servir para avanzar con la urbanización, abriendo calles y llevando a las villas los servicios de luz, de agua y cloacas; el centro de salud y la presencia policial».
Por su parte, tras el giro en el discurso oficial de la Casa Rosada, que pasó de sostener que «usurpar no es delito» a anticipar que quienes ocupen tierras no recibirán ningún plan de viviendas, ayer el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, escribió en Twitter: «Con enorme satisfacción les informo que hace tan sólo unos minutos se ha retirado la última persona del parque Indoamericano».
Hasta la ocupación de sus 130 hectáreas, el parque Indoamericano era administrado por la Corporación Buenos Aires Sur. En septiembre pasado, los vecinos presentaron una denuncia en la Defensoría del Pueblo por el estado de degradación del predio. Finalizada la toma y con el fin de rescatar el parque del abandono, ayer el jefe de gobierno derivó el manejo al Ministerio de Ambiente y Espacio Público.
El responsable de la dependencia, Diego Santilli, anticipó que, en una primera etapa, se reconstruirá el lugar, mediante la colocación de rejas en todo el perímetro, la iluminación de la zona y la parquización.
El ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro, garantizó la presencia de la Policía Metropolitana para participar del cuidado del parque mientras se terminen las obras.
Más adelante, evaluarán un plan maestro diseñado en la época de Fernando de la Rúa, que pretendía dotarlo de un lago, un anfiteatro para 1000 personas, canchas de fútbol, pistas de patinaje, fogones y huertas didácticas.
Fuente: lanacion.com
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