Hipotecas en España impactan en los derechos humanos

26 de diciembre del 2013

El 70 por ciento que ha dejado de pagar la hipoteca o tiene serias dificultades para hacerlo, están sin empleo, dice una investigación

Por Jesús de León

Un informe sobre la “Emergencia Habitacional en el Estado Español” fue publicado este mes por el movimiento Plataforma de Afec­tados por la Hipoteca.

“Estamos hablando de que hay miles de viviendas vacías y personas en la calle, personas que con 400€ tienen que poner agua en la leche de sus hijos para que coman. Por eso me parece importantísimo ocupar esas viviendas. (…) ¿Por qué los bancos no permiten que las familias vivan pagando un alquiler justo?”, afirmó Mercedes de 56 años, quien perdió su vivienda por no poder pagarla, cita el informe.

Entre 2008 y 2012, se inician 415.117 procedimientos de ejecución hipotecaria y el volumen de desalojos alcanza la cifra de 244.278, según esta investigación.

En este contexto surge en el 2009 la Plataforma de Afec­tados por la Hipoteca (PAH), con el objetivo de modificar la legislación hipotecaria para per­mitir que la entrega de la vivienda cancele la tota­lidad de la deuda, y además para apoyar a los afectados e impedir los desalojos.

“Es preciso resaltar”, dice el informe, “que un desalojo, ya sea por ejecución hipotecaria o por impago de alquiler, no afecta únicamente a un individuo sino que impacta en toda la unidad familiar. Esto incluye a menores de edad y a personas mayores en situación de dependencia”.

Los datos obtenidos por PAH luego de realizar 11.561 encuestas a personas afectadas por la hipoteca, muestran que el 70 por ciento han dejado de pagar o tienen serias dificultades para hacerlo porque han perdido su empleo.

Clever, cocinero, de 35 años, vive en Barcelona con su esposa y sus 3 hijos. Él comenta que pagó la hipoteca incluso mientras estuvo sin trabajo con lo cobrado por el paro.

“Luego ya no alcan­zábamos a pagar a tiempo la cuota porque no me salía trabajo como antes, (…), hasta que en septiembre de 2012 dejamos de pagar”, dijo.

Con respecto a la situación de vulnerabilidad, el 63,2 por ciento corresponden a familias que tienen un solo tutor de ingresos en la unidad familiar.

Además, más de la mitad de las familias afectadas están integradas por al menos un menor de edad, y un 30 por ciento tiene a una persona de la tercera edad.

Las encuestas asimismo indicaron que para un 59,6 por ciento de las personas afectadas, el pago de la hipoteca suponía dedicar más del 60 por ciento de los ingresos familiares, mientras que para más de un tercio significó “dedicar el total de los ingresos”.

“Mi nevera está siempre vacía. En mi despensa ya no había nada. Si mi hija compraba una botella de aceite, nos la repartíamos. (…). Y así mi marido perdió 15 kilos y yo, 10”, narró Rosa de 53 años, que trabaja limpiando pisos y vive con su marido y dos hijas mayores, cita el informe.

Con relación a las regulaciones sobre ejecución hipotecaria, el informe dice que favorecen la posición de las entidades financie­ras en detrimento del deudor, y que además “facilita los desalojos, sin tener en cuenta la situación económica o familiar de las personas afectadas y sin que existan medidas orientadas a promover un realojo adecuado”.

Asimismo, asegura que ante esta realidad, en general, el Gobierno no promovió mejoras sustanciales en la si­tuación de las personas con hipotecas impagables, lo que contrasta en cambio con las “ayudas económicas, en torno a los 167.460 millo­nes de euros, que desde 2008 se han destinado a res­catar a las entidades financieras sin exigirles ninguna contraprestación”.

El Relator de la ONU, Sr. Miloon Kothari, luego de su visita a España en el 2006, calificó la problemática habitacional de ese país como “la más grave de Europa y una de los mayores del mundo”, según este informe.

Además, instó al gobierno a incluir la perspectiva de derechos humanos en las políticas de vivienda y a recuperar la función social de la propiedad pri­vada plasmada en la Constitución Española. También llamó a investigar y castigar actuaciones especulativas y corruptas.

“La relación entre constructoras, sector finan­ciero y poder político, explica en gran medida los principales procesos de corrupción que hoy son objeto de investigación judicial”, afirmó PAH en este informe.

La Constitución española reconoce el derecho a la vivienda en el artículo 47. Este precepto estipula que: “Todos los españoles tienen derecho a una vivienda digna y adecuada”. E impone a los poderes públicos el hacerlo efectivo.

Eventual situación de pobreza

La investigación también contrastó en qué medida la problemática hipotecaria está vinculada a las carencias básicas que configuran una eventual situación de pobreza, y estableció que el pago de los suministros de agua y luz es bastante complicado para un 34.5 por ciento de la muestra, y muy complicado para el 32 por ciento. Respecto al gas o calefacción los porcentajes son similares, 32 y 38 por ciento respectivamente.

El movimiento “Stop Desahucios Granada” difundió el pasado día 20 a través de Twitter, las estadísticas de como las desconexiones de suministro de estos servicios se han duplicado desde el 2006.

Sobre las dificultades que afrontan las familias afectadas por las hipotecas para acceder a una alimentación adecuada, el informe de PAH advierte que un 20 por ciento declara que padece muchas dificultades, y un 27 por ciento que tenía bastantes dificultades.

“Con la comida nos ayuda Cáritas, y también los vecinos. He estado dos años que me han dado de comer los vecinos”, dijo Lina, carnicera en paro con dos hijas.

Finalmente, Mercedes contó cómo su experiencia de desalojo, y su vinculación con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, le cambiaron la vida.

«Ahora soy mucho más feliz. Porque no tengo los apegos que tenía. No vivo dentro de esa vorágine, de esa estructura donde el consumismo es primordial, donde, para ser feliz, has de tener una casa en la ciudad, un apartamento al cual irte de vacaciones, un coche, una moto. Sin esos mínimos la sociedad te dice que no puedes ser feliz. Pero probablemente para tener esos mínimos tienes que renunciar a muchas cosas como ser humano”.

“Por primera vez he dejado de tener prisa. (…). Entonces, todos los conceptos de tu vida cambian, tu manera de pensar. Ahora puedo vivir de una forma que me parece mucho más coherente, más sana, más solidaria.

 

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