Indígenas resisten desalojo en Brasil

12 de enero del 2013

La policía antimotines rodeó el sábado un asentamiento de indígenas junto al glorioso Estadio Maracaná, preparándose para desalojarlos tan pronto como llegue una orden de la corte.

El comandante al frente del dispositivo, el teniente de policía Alex Melo, explicó que los agentes estaban “esperando la orden y que entienden que puede ser en cualquier momento”.

Pero la orden del juez no ha llegado después de un tenso impase que ha durado todo el día. Asustados residentes se preguntaban por qué los agentes judiciales llegaron sin una orden para ingresar, mientras que defensores públicos federales que han trabajado en la prolongada batalla jurídica sobre el espacio trataban de mediar.

“Esto es absolutamente arbitrario. No pueden entrar sin una orden” judicial, dijo el defensor público Daniel Macedo. “Si lo hicieron, pueden ser acusados de un delito, de abuso de autoridad. Podría ser un baño de sangre, que podría verse realmente mal para el gobierno de Brasil y para el estado”, agregó.

El grupo indígena incluye hombres y mujeres de aproximadamente 10 etnias –mayormente guaraní, pataxó, kaingangue y guajajara– quienes han ocupado durante años 10 viviendas que construyeron en terreno de un antiguo museo indígena, abandonado desde 1977.

La policía llegó temprano por la mañana y rodeo el complejo. Al mediodía, residentes cerraron con candado la entrada principal. Conforme llegaban partidarios, los indígenas colocaron una escalera de madera sobre el muro de ladrillo que rodea el recinto para dejarlos entrar, retirando posteriormente la escalera.

Durante la exasperante espera del sábado, los ocupantes del terreno se pintaron rostros y cuerpo y se colocaron complejos tocados; en ocasiones hicieron sonar matracas y flautas o silbaron imitando el canto de aves. Algunos mostraron arcos y flechas decorativos sobre el muro y a través de la reja que los separaba de los policías.

El asentamiento y los restos del edificio que albergaba el museo están adyacentes al Maracaná, el cual está siendo renovado para las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos Olímpicos de 2016 y la final de la Copa Mundial de fútbol en 2014.

El gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, dijo en octubre durante una conferencia de prensa que era necesario derrumbar el edificio del museo para ser anfitriones de la Copa del Mundo.

“El Museo Indígena cercano al Maracaná será demolido”, señaló entonces Cabral. “Está siendo exigido por la FIFA y el Comité Organizador de la Coma del Mundo. Viva la democracia, pero el edificio no tiene valor histórico. Vamos a derribarlo”, sentenció.

 

Fuente: El Nuevo Herald

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