27 de agosto del 2012
El ministro del Interior y exalcalde de la ciudad donde se ha producido la expulsión, Manuel Valls, pide a Rumanía y Bulgaria que adopten medidas de integración «más enérgicas»
Dos policías frente al ayuntamiento de Evry, cerca de París, donde ha sido desmantelado hoy un campamento gitano. Foto: KENZO TRIBOUILLARD (AFP)
La policía francesa ha desmantelado esta mañana un campamento en el que vivía una comunidad de 70 gitanos en Evry, a 25 kilómetros de París, de donde el ministro del Interior francés, Manuel Valls, fue alcalde durante años. Valls, encargado de ordenar este tipo de operaciones, ha manifestado horas después: «Me gustaría saber por qué no se están adoptando políticas de integración más enérgicas en esos países para integrar a esas comunidades», en referencia a Rumanía y Bulgaria.
Un centenar de policías ha comenzado el desalojo desde el amanecer. Las 70 personas, 20 de ellas niños, vivían cerca de las vías del tren en Evry desde hace cuatro meses. Esta mañana han recogido sus posesiones y la Cruz Roja se ha ofrecido a alojarles durante cuatro días. Durante el fin de semana, hubo otro desalojo, esta vez de un centenar de personas, de Massy, también en la región de París.
El ministro del Interior ha asegurado que las expulsiones van a continuar y ha justificado así la actuación de la policía: «La política que nos hemos fijado es evacuar los campamentos cuando hay una decisión judicial [algo que no se daba en Evry] o cuando la situación sanitaria o en materia de seguridad sea insostenible», informa Efe citando a la emisora Europe 1.
La mayoría de los gitanos desalojados durante este verano en Francia proceden de Rumanía y Bulgaria, dos países criticados por las asociaciones de derechos humanos de discriminar a los gitanos. Entre 15.000 y 20.000 gitanos viven en Francia en campamentos a las afueras de las ciudades, informa Reuters.
La Comisión Europea pidió hace cuatro días al Gobierno francés, que preside el socialista François Hollande, que suprima «lo antes posible» las restricciones laborales que todavía aplica a rumanos y búlgaros que residen en el país después de que París anunciara el 22 de agosto su intención de suprimir la tasa que las empresas deben pagar por contratarles y de ampliar los sectores abiertos a este tipo de contratación.
Fuente: El País
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