En España, 200 indignados hacen una cacerolada para exigir una vivienda digna

04 de junio del 2012

Los concentrados fueron a un edificio de Bankia situado en el distrito de Arganzuela para pedir la cesión de los pisos

Concentración ante el edificio de Bankia en la calle de Sebastián Elcano. Foto: G.LEJARCEGI

Cerca de 200 indignados protagonizaron al mediodía de ayer una cacerolada en el barrio de Lavapiés para exigir el “derecho humano a la vivienda digna” y pedir que las viviendas que son propiedad de Bankia y que están cerradas, salgan al mercado en régimen de alquiler social. La protesta fue convocada por las asambleas populares de los barrios y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), entre otros colectivos.

Los asistentes se concentraron en la plaza de Lavapiés. En un comunicado, los manifestantes destacaron que Bankia “expulsa a diario de sus casas a decenas personas que caen por la pendiente de la precariedad, encadenadas a trabajos basura (o aun peores, de semi-esclavitud) o viéndose expulsadas del mercado laboral para que finalmente se vean expulsadas brutalmente a la calle con sus cosas o sin ella”.

En esta declaración, se acusa a la entidad de perseguir a estas personas reclamando “deudas impagables e injustas (puesto que igualan o incluso exceden los préstamos que llevaban años devolviendo)”. “Si no alcanzaban a pagar la hipoteca, ¿cómo podrán pagar además un alquiler?”, planteaba el texto. “Mientras gran parte de la ciudadanía se debate entre estas y otras preguntas y lucha por sobrevivir día a día, Bankia retiene todas las viviendas vacías en su posesión ilegítima y continúa echando a familias a la calle”, añadían los indignados que atribuyen a esta entidad el 80% de los desahucios que tienen lugar en Madrid.

Participantes de la cacerolada en Lavapiés. Foto: GORKA LEJARCEGUI

Desde Lavapiés los concentrados iniciaron más tarde un recorrido encabezado por una pancarta con el lema “Bankia es nuestra” que concluyó frente a un edificio de viviendas situado en la calle de Sebastián Elcano, que es propiedad de la entidad bancaria nacionalizada y que se encuentra deshabitado y tapiado. Los indignados exigen que dicho edificio albergue a aquellos que no pueden acceder a una vivienda.

Los manifestantes lograron desplegar de una de las viviendas una pancarta que decía: “Si Bankia es nuestra, las casas también”. A esta pancarta siguió una segunda donde se podía leer “Bankia, estafa organizada por políticos”. Mientras, los vecinos de los edificios colindantes salían a sus balcones y aplaudían a los reunidos tras comprobar el contenido de la protesta.

 

Fuente: El País

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