22 de mayo del 2012
Después de ocho años de promesas, los habitantes aún esperan ser reubicados en el ‘El Remanso’
«Nos cogieron de imprevisto, llegaron tirando gases lacrimógenos, a las 6:30 de la mañana. Ni siquiera respetaron que hay niños enfermos. Yo no me voy de mi ranchito hasta que me entreguen la casita en el Remanso», manifestó Amanda Castaño de 58 años, mientras empacaba sus pertenencias para desalojar su vivienda, de la zona de invasión ‘Miraflores’.
A partir de la resolución 5719 del 27 de diciembre de 2011, se notificó el desalojo de 300 viviendas del sector conocido como ‘La Cascada’, ya que según el Alcalde de Pereira, las personas han edificado sobre un terreno de peligro inminente, por el alto riesgo de la inestabilidad del suelo.
Bajo el sol ardiente de la mañana del jueves 17 de mayo, los habitantes del barrio ‘Miraflores’ empezaron a desocupar sus ‘ranchitos’ construidos con paredes de esterilla, columnas de guadua y techos de lata e intentaban rescatar lo poco que quedaba de estas construcciones. La retroexcavadora que tumbaba las viviendas emitía un sonido ensordecedor, el cual se confundía con el llanto de los niños pequeños, que con sus carros y muñecas en brazos, abandonaban sus hogares sin rumbo alguno, en compañía de sus padres. La tensión del momento desató la furia de una mujer que gritaba: «El Alcalde dijo que iba a estar con nosotros los pobres y vendimos los votos por 20 mil pesos y mire ahora nos dejan sin casa».
El asentamiento ‘La Cascada’, se compone de los barrios El Dorado, Padre Valencia y Miraflores, en el primer día de desalojo se recogieron los escombros de 134 casas demolidas, se desocuparon 65 y 13 están con acción de tutela, por lo que se mantienen en pie, así lo ratificó la Alcaldía de Pereira. «Los ciudadanos son conscientes que han invadido y se han retirado voluntariamente. Desde el 2010 se ordenó el desalojo, porque el terreno se puede venir abajo, por las constantes lluvias», explicó el Alcalde de Pereira, Enrique Vásquez.
«Venir hacer este trabajo es berraco, es muy duro pero toca obedecer órdenes» decía uno de los 180 obreros del Municipio, mientras cumplía con la labor de desarmar la vivienda de la familia de Irma Montoya, una de las invasoras que llegó a esta tierra cafetera desde hace nueve meses, desterrada de Antioquia por la guerrilla. «Fuimos desplazados por la violencia y esto para mí, es otro desplazamiento y forzoso. Le dicen a uno ¿quiere irse voluntariamente o los sacamos? Usted cree que esto es justo, nos vamos y no tenemos con qué comprar una libra de panela», explicó Irma, mientras observaba a su esposo retirar el piso de tablas, para poder venderlas y así subsistir unos días.
«Aquí sobrevivíamos vendiendo arepitas, ahora va a ser peor. Uno tiene que ser consciente que está en lo ajeno, sino fuera por la pobreza y falta de empleo no estaría invadiendo aquí», resaltó la señora. Su declaración refleja el reclamo de los 129.000 pobres y las 13.222 personas que viven en extrema miseria en Pereira, según las cifras del Dane del presente año.
Los habitantes explicaron que desde el 6 de diciembre del año pasado, la Alcaldía les prometió una casa y como constancia les dieron una ‘carta-cheque’, donde les ofrecían una vivienda digna en el barrio de interés social ‘El Remanso’. «El Alcalde vino a prometer lo que no podía cumplir, nos dijeron que casa tumbada y carta-cheque en mano.
Irnos para un albergue es inhumano, lo único que nosotros estamos peleando es una casa para nuestros hijos», manifestó Leydi Johann Agudelo, quien ayudaba a sacar la pipa de oxigeno, que mantiene con vida a su hijo.
El Alcalde aclaró que, el Gobierno Nacional es el responsable de los programas para viviendas, «el municipio ha hecho un proceso de urbanismo en el Remanso, pero las cartas- cheques, las tienen muchas personas, que poseen en su poder la acreditación de ser beneficiarios del Programa Nacional de Vivienda, un subsidio, que nunca se ha hecho realidad».
La ‘carta-cheque’ es un sistema para adquirir vivienda. Según la Alcaldía de Pereira en seis meses se espera entregar 1.200 casas de la segunda etapa del Remanso, en el 2010 se entregaron alrededor de 1.500 viviendas de la primera etapa del proyecto. Por el momento los habitantes del barrio ‘Miraflores’ buscan un lugar donde según ellos, «estaremos de arrimados, en una patria que aún no nos ofrece las suficientes oportunidades para tener una vida digna».
Fuente: El Tiempo
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